lunes, 6 de abril de 2009

Estética Cotidiana


A finales del año pasado tome un curso de Arte Contemporáneo impartido por Yutzil Cruz. Nos dio unas copias de unos artículos que aparecieron en el periódico Excélsior en el año de 1991 escritos por Juan Acha y que hablan de la importancia de la Estética en la vida y como nuestra sociedad se ve afectada por la poca importancia que se le da. Este es un artículo muy interesante dividido en 3 partes que iré publicando uno cada día.

Primera Parte

LA ESTETICA COTIDIANA
Excélsior, jueves 4 de julio de 1991

El porqué de esta columna
Juan Acha

Cada día son más frecuentes los anuncios callejeros de diversos tratamientos estéticos: los de los salones de belleza (o peluquerías) y las de la estética unisex de los establecimientos dedicados a embellecer el cuerpo entero de las mujeres y los hombres. También nos encontramos con los de la estética canina, destinada al acicalamiento de perros falderos de señoras ricas. ¿Qué ha sucedido? ¿Acaso la Filosofía universitaria ha bajado a la calle, para difundir algo tan sofisticado y discutido, pero asaz ignorado por los aficionados del arte, como es el termino estético o estética?
De ningún modo. Ha sido mas bien comercio del embellecimiento corporal, el que se ha apropiado de él, para llamar la atención con su enigmática sofisticación o bien para adquirir el barniz de las connotaciones mitificadoras generadas por dicho termino.
La difusión callejera del termino estético, constituye el mejor éxito que ha tenido, hasta ahora, el abuso que constituye identificar lo estético con la belleza exclusivamente; abuso propagado por la cultura de occidente y secundado, entre nosotros, por el mismo diccionario de de la lengua española y por la estética filosófica anacrónica. A la belleza de las obras de arte en galerías y museos, se viene hoy a sumar la belleza de los cuerpos humanos y la de los perros. Después de todo, hoy en día se comercia con ambas bellezas. Algunas hasta ven afinidades entre las peluquerías y las instituciones oficiales de occidente encargadas de las cuestiones estéticas pues estas acicalan al estado con obras de arte, o con estas doran las apariencias del país o el gobierno en turno.
Como siempre la mala hierba ha crecido más que la buena y la ahoga. Manifestamos esto por lo que ha fracasado estrepitosamente la verdadera cultura occidental, que todo lo cuestiona y lo renueva. Su estética filosófica y su teoría de arte de avanzada nunca fueron oídas cuando identificaban lo estético con más de seis categorías básicas, aparte de la belleza. Y siempre fracasaron cuando postulaban una mayor importancia de lo estético en la naturaleza, en los comportamientos humanos y en los bienes culturales cotidianos y no en los objetos de los museos, cuya importancia es secundaria.
En realidad lo estético bulle con más furia y con mayor número de manifestaciones en la vida de los días. En la calle, el hogar y el lugar de trabajo, florecen las versiones estéticas más osadas que las de la misma fantasía profesionalizada de los artistas. Por lo menos, muchos novelistas lo admiten: la realidad supera a las ficciones por ellos desarrolladas en miles de imágenes a o largo de cientos de páginas. Sin embargo, muchos pintores siguen ilusionados en la importancia de sus reducidas imágenes que ellos estampan en sus obras.
Si la palabra estética circula por las calles con fines comerciales y limitada a la apariencia, y si en la vida diaria se levan muchas manifestaciones, estamos forzados a enfocar nuestra estética cotidiana. Sobre todo porque esta más rica en profundidades estéticas, que las obras de los museos y de las galerías. La cultura occidental ha necesitado varios siglos para darse cuenta de que lo más importante para la historia no son los hechos excepcionales, sino los cotidianos. ¿Acaso cuando caminamos en medio del tráfico automovilístico del D.F. no nos embarga el terror, que es una categoría estética más fuerte y viva que el de las pinturas? ¿Qué decir de la comicidad cantiflesca en las declaraciones de algunos hombres públicos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario